Así pues, llegué a la casa cuando ella tenía 8 años, no puedo ni entender cómo es que le regalan a alguien como ella una muñeca como yo, con todas esas reglas y normas. Que si juegas así, que no rompas acá, cuidado donde te sientas niña, te vas a ensuciar!
Así que me quedé ahí, parada, bonita, perfecta, ahogada en soledad y como dice la canción "y así pasaron los años...".
Cumplió años recientemente y los regalos que busca ahora son libros, libros tontos y aburridos sobre su carrera que se bebe sobre la cama mientras tiene un marcador en una mano y una paleta en la otra; a punto de acabar la carrera y con ansias de salir de esta casa, lo único que me queda es comenzar a escribir para no morir de aburrimiento, de soledad, de tristeza..
Les dejo entonces un espacio dedicado para todos aquellos que viven en su estante, con labios rosas, ojos perfectos, rizos dorados y mirada perdida en la nada. Un espacio para divagar acerca de lo que me gusta, me disgusta, anhelo, sueño, deseo, odio y sobre todo, acerca de lo que veo, de lo que vivo, oigo y siento a través de ella y del camino que estamos a punto de comenzar en la vida laboral.
